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Qué significa hablar
Asaltado por un enjambre de pequeñas moscas negras que intentan entrar en sus orificios faciales, Felice se refugia en su automóvil. Pronto, sus dos amigos se reúnen con él.
“Oye, Bilma, me he acordado de ti – dijo el joven blanco y abrió la guantera del Toyota.
Sacó dos palos pintados a mano: “Los he comprado en Barrow Creek. Es un artista local que los ha pintado, un tal Rock Jampijinpa …”
Da los palos a los Abos que, al estar visiblemente confusos, se quedan un momento callados.
Primero, habla Bilma.
« Felice, éste artista murió el verano pasado. No se debe pronunciar su nombre durante dos años.
-¿Por qué?
-Cuando alguien muere, su espíritu se deja llevar más allá de los mares, en un spirit canoe.
– Como el barco celeste de los antiguos egipcios – señala el joven blanco
-El espíritu viaja a lo largo de la luz que cae de Barnambirr; la estrella de la mañana – explica Bilma – Luego, es llevado a Baralku; una isla que se encuentra detrás del sol. Allí es recibido por los espíritus que se han ido antes que él.
-Las despedidas son dolorosas, las separaciones son difíciles – interviene Wesley – No hay que retenerle aquí pronunciando su nombre. «
Felice termina por comprender, aquí en Australia Central, qué quiere decir hablar. Y qué significa quedarse callado.
Sus amigos le explican el significado de la palabra ‘kumanjayi’: es como un ¡¡bip!! verbal que censura tanto el nombre, que se ha convertido en tabú a la muerte de su portador, como las palabras que son ahora prohibidas, porque le evocan de un modo u otro. Por lo tanto, desde la muerte de Rock Jampijinpa, ya no se pueden pronunciar los nombres de las rocas de los alrededores, y, debido a ello, se deben evitar las rutas habituales prolongando el trayecto de varios kilómetros en la selva para no pasar cerca de las rocas. Algunos ‘corroborrees’ (ceremonias sagradas) se suspenden, porque los topónimos de sus lugares de celebración tienen temporalmente prohibida su pronunciación.
Felice está fascinado. Bilma le devuelve los palos pintados que el joven blanco guarda en la guantera hasta el próximo verano. Por fin, entendió. Para sus amigos, la pérdida se expresa mediante la supresión temporal, la desaparición momentánea de algunos elementos del lenguaje.
Estar de luto aquí es, ante todo, quedarse callado.
Félicie Dubois
(Extraído de « L’Hypothèse de l’argile » de Félicie Dubois, Ed. Flammarion, 1997.)